La veeduría ciudadana y popular
Creemos que nuestro aporte a esta paz con ética se da a partir de un mecanismo concreto de veeduría ciudadana y popular de la dinámica social y política de la paz; una amplia veeduría que vaya más allá de los acuerdos de paz, construida con el movimiento popular, en el cual los diferentes sectores cristianos ecuménicos podamos hacer nuestro aporte.
Creemos que esta veeduría debe estar acompañada por la acción política y la movilización, en defensa de una agenda social para la paz que sea generadora de organización de base desde los territorios. Será un mecanismo que vele por el respeto de los acuerdos sociales y políticos logrados en la movilización social; conformado por el conjunto de organizaciones sociales y políticas, que denuncie y se dispute espacios con los enfoques éticos capitalistas y antidemocráticos, y desenmascare los líderes que quieren monopolizar el discurso ético. Por lo tanto, defenderá los intereses de los sectores populares y generará conciencia popular.
Creemos que esta veeduría debe ser autocrítica y crítica frente a los procesos de iglesia y las iglesias mismas, que movilice y libere la conciencia religiosa del pueblo hacia un compromiso social con los débiles y contra toda injusticia. Como tal, irá más allá de los acuerdos logrados en las mesas de negociación y trabajará por construir instrumentos e iniciativas de protección de los procesos populares y sus liderazgos.
Creemos que el carácter de la veeduría debe inspirarse en la tradición profética que acompaña al pueblo, especialmente a las víctimas, y en nuestro caso estará inspirada en el proyecto del Dios de la vida y no del dios del sistema.
Creemos que esta veeduría debe estar vinculada no solamente al período del conflicto, sino también, al postconflicto, relacionándola con los diferentes temas de la agenda desde la perspectiva de la defensa de los Derechos Humanos que inspiren la agenda social de paz, como la defensa y exigibilidad de la salud, la educación, la defensa de los recursos naturales y del territorio.
Las veedurías se operarán principalmente a través de la realización de asambleas populares como espacios deliberativos, decisorios de las organizaciones y comunidades en los territorios de tal manera que fortalezcan los procesos de justicia, democracia y participación del pueblo.
Se construirán desde lo local, aprovechando la dinámica ecuménica en los territorios y en el marco de una alianza amplia, comunitaria y popular, generadora de miles de veedurías como espacios de verificación de los acuerdos a los que se llegue como fruto de las negociaciones populares y las que se puedan dar en las mesas de diálogo entre las guerrillas y el gobierno colombiano. De igual manera contará con expresiones nacionales e internacionales, articulándose a procesos, redes y organismos de estos mismos escenarios, con el fin de que este mecanismo popular vaya ganando un reconocimiento y una legitimad más amplios.
Creemos que esta veeduría al buscar la defensa y protección de la integridad física, y de las condiciones para el libre ejercicio de la acción política, de aquellos que se vinculen a la vida política como resultado de los pactos de paz, debe articularse y sumarse a las demandas y exigencias del movimiento de víctimas que propugnan por la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición.
Como MEP consideramos que la propuesta de la Comisión de la Verdad, liderada por el movimiento nacional de víctimas y otras organizaciones de Derechos Humanos, pueda ser apoyada por el movimiento ecuménico realizando una consulta a nivel regional y nacional en torno a las implicaciones y compromisos que exige dicha iniciativa y buscando siempre una articulación y vínculo con la propuesta de Veeduría Ética Ciudadana y Popular.
Creemos que la veeduría hará un control político a los procesos macroeconómicos neoliberales del actual capitalismo salvaje en nuestro país, causa estructural de todo conflicto social, político y armado; como también ejercerá un monitoreo a los gobernantes y legisladores, para que actúen según su plan de gobierno desde principios de equidad, justicia y responsabilidad social.
Creemos que la veeduría debe ser colectiva, ecuménica y macroecuménica, transparente, teniendo como presupuesto y criterio fundamental la verdad.